Empecé la cuarentena, que espero no sean 40 días. Trabajar desde casa no me ha sido tan complicado, el único problema es que me dan ganas de comer a cada rato. Muchos pensamientos pasan por mi mente, el más recurrente, la preocupación por el dinero. No se si pueda aguantar tanto tiempo encerrada, soy muy pata de perro, me gusta estar en la calle. Lo único bueno, hasta ahora, además de estar “a salvo”, es que pude comerme unas naranjas que estaban a punto de echarse a perder y que no me comí antes por falta de tiempo. También pude empezar a sacar cosas de mi última maleta. Me mudé al Bronx hace 3 semanas y aún tengo muchas cosas en el piso. No tengo sábanas limpias pero al menos ya pude sacar y acomodar una foto.